
La figura del coordinador TIC en los centros educativos es esencial en el contexto actual, donde la tecnología desempeña un papel cada vez más importante en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Durante mis prácticas del año pasado, tuve la oportunidad de entrevistar a la coordinadora TIC de mi colegio, y esta experiencia me permitió valorar profundamente la importancia de su labor. No solo se encargaba de las funciones técnicas asociadas a la gestión de las herramientas tecnológicas, como garantizar el buen funcionamiento de las plataformas y recursos digitales, sino que también desempeñaba un papel pedagógico fundamental. Su disposición para ayudar a los docentes que lo necesitaban, ya fuera con el uso de herramientas digitales o con recursos específicos como el cuaderno de evaluación, era constante y resolutiva. Esto permitía a los profesores superar barreras de desconocimiento o inseguridad, lo que facilitaba la integración de las TIC en el aula y mejoraba significativamente la práctica educativa.
Lo que más me impactó fue su capacidad para adaptarse a las necesidades del centro, promoviendo la formación continua de los docentes y asegurándose de que todos pudieran sacar el máximo provecho de las herramientas digitales. Esto tenía un impacto directo en el desarrollo de competencias digitales tanto en los profesores como en los alumnos, quienes aprendían a utilizar la tecnología no solo como un recurso, sino como una herramienta transformadora para el aprendizaje.
En definitiva, el coordinador TIC no es solo un facilitador técnico, sino una figura clave en la digitalización y mejora del sistema educativo. Impulsa la innovación, el desarrollo profesional y un uso más consciente y eficiente de la tecnología en los centros educativos. Mi experiencia con esta coordinadora confirmó que su labor es indispensable para garantizar que las TIC se conviertan en una herramienta efectiva y accesible para todos los miembros de la comunidad educativa.